1- Deja a un lado quejas, lamentos y preocupaciones
y ocúpate de vivir este momento, este día,
amanezca como amanezca.
Porque hoy, por mal que te puedan ir las cosas,
es una de las contadas y escasas jornadas de tu existencia.
Todo depende de tu actitud y puedes lograr ser consciente de algo bueno,
incluso en el día más aciago. El secreto está en que
no tengas pensamientos
ni atenciones
nada más que para eso bueno que nadie puede quitarte.
2- Mantén contigo mismo y con los demás
un diálogo optimista, positivo, de esperanza y de disfrute.
Recuerda que te conviertes en lo que piensas y dices
y que el poder de tu mente es tremendo, para bien y para mal.
3- Centra tu atención en todo lo bueno que has logrado hasta hoy,
en tantas cosas valiosas y dignas de sentirte orgulloso que hay en tu vida.
No des la menor importancia a lo que pueda faltarte.
Tal y como eres ya te envidiarían millones de personas:
disfruta lo que eres y tienes.
4- Deja la mejor huella de ti a tu paso por esta vida. Siente en tu interior la dicha de ver que otros son más felices y mejores por tu causa. Esta felicidad es la máxima y está al alcance de cualquiera.
Revista Osaca: Bernabé Tierno [psicólogo y escritor]
