sábado, 15 de noviembre de 2008

Todos ustedes parecen felices


...y sonríen, a veces, cuando hablan.
Y se dicen, incluso,
palabras
de amor. Pero
se aman
de dos en dos
para
odiar de mil
en mil. Y guardan
toneladas de asco
por cada milímetro de dicha.
Y parecen -nada
más que parecen- felices,
y hablan
con el fin de ocultar esa amargura
inevitable, y cuántas
veces no lo consiguen, como
no puedo yo ocultarla
por más tiempo: esta
desesperante, estéril, larga,
ciega desolación por cualquier cosa
que -hacia dónde no sé, lenta,
me arrastra.

Áspero Mundo - Ángel González

deambulando en invierno


Aquel verano decidió su vida.
Incapaz de permanecer en casa, ni en ninguna otra parte,
y sin ningún lugar a donde ir, se dio a deambular por las calles
y rincones del barrio desconocidos hasta entonces.
Se paraba en las encrucijadas a mirar un balcón con geranios
o un escudo de piedra, pero lo que realmente veía era el hormiguero
de su mente dispersa, a cuyo ritmo proseguía tristemente
su caminata fantasma. La ciudad se había quedado medio desierta
y el calor hacía dífícil la continuidad de los hábitos.

Los juegos de la edad tardía - Luis Landero