Quiero desencenderme
para siempre en un rinconcito
empezar a desiluminar
y dejar de existir.
Eso quiero.
No sé ser. No estoy estando.
Entonces, ¿qué queda?
Un alma etérea incorpórea
que grita desde su celda por liberarse.
Aguanta, cara alegre y grita por dentro.
Y quedándome afónica...
realizaré mi porvenir...
...sin molestar a nadie.
martes, 8 de abril de 2014
La belleza
En la belleza,
no debería estar la tristeza.
Inocencia pura de alma
tristemente conquistada, exiliada,
troceada y tirada al olvido momentáneo.
Ojos tristes inmerecibles,
por culpa caprichosa de un corazón
con escrúpulos por formar.
Triste inocencia interrumpida
por tristeza inmerecida.
Una chica me inspiró por sus lágrimas
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