A la infelicidad se llega por varios caminos y veredas,
aparte del más habitual de los caminos por
el que transitan tantos que se sienten desgraciados
y que es el no valorar lo que tienen
y envidiar lo que tienen los demás,
o marcarse expectativas inalcanzables.
Es cómodo hacerse la víctima y así evadirse de la responsabilidad
de hacerse cargo de sí mismo.
El único problema del ser humano es hacer un problema de casi todo.
Desde luego, cargar sobre los demás las propias culpas y adoptar
la cómoda postura de víctima, es instalarse de por vida en la infelicidad,
la desgracia y el sufrimiento, y todo porque hacerse cargo
de uno mismo conlleva esforzarse,
dejar de lloriquear
y buscarse la vida.
Victimismo e infelicidad - Revista OSACA- Bernabé Tierno
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