No sé cuando estoy bien,
es un estado anímico que me recuerda a las pepitas de oro
de las incursiones en los ríos que hacían en tiempos remotos.
Movían el barro con agua y allí aparecía, brillante y
fulgurante el pedacito de esperanza entre las manos del buscador.
Bastaba tenerlo para que desapareciera a cambio de unas monedas para vivir.
La felicidad en mi vida es eso, una pepita de oro entre el barro que
en ocasiones se deja ver, brilla pero no sé por cuanto tiempo.
Reflexiones para dormir
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